lunes, 19 de agosto de 2013

Crítica: 'Elysium'

Capitán Wayne

El panorama tan miserable que estamos viviendo tan de cerca en pleno 2013 es trasladado al futuro acompañado con una dosis de fuegos artificiales que iluminan a esta crítica social a medias que intenta espabilarnos por momentos.



Contiene SPOILERS

La Tierra en 2154 esta sobrepoblada, bajo la supervisión de máquinas, una sanidad deficiente, una política invisible a las órdenes de poderosos sin escrúpulos y empleos precarios en los que en cuanto sufres una lesión te descartan y te tratan como escoria.
Todo ésto no está lejos de lo que vivimos en la España actual y resto de países que creemos estar en continuo progreso, progreso a la decadencia.

Los que manejan el cotarro están en Elysium, una estación espacial que les permite vivir de puta madre con todo tipo de comodidades, con unos avances médicos que convierte a sus habitantes casi en inmortales y con una seguridad exterior que elimina a toda nave llena de inmigrantes que provenga de la tierra.
Esta diferencia de clases, el director sudafricano te lo pinta en plan bestia como para que te enteres de que vivimos algo muy parecido y lo vemos normal.



El apartado más cuidado de toda la película es el estético, la representación de las dos ciudades a gran escala es genial, pero donde brilla por encima de todo es en los detalles, se ve a primera vista un mimo minucioso en cada objeto creado (armas, robots, exoesqueleto, etc), junto a elementos imaginativos como usar el cerebro a modo de Pendrive.
En términos de efectos especiales la cinta es una delicia y en cada plano aéreo se ve reflejado, llegando a dar un paso adelante con la reconstrucción facial de Sharlto Copley.

El campechano Matt Damon (Max) vuelve a mostrarse de una solvencia que viene demostrando en cada personaje que elige, no es un derrochador de talento pero es carismático de cojones y en el cine de acción pocos se desenvuelven tan bien.    
Sharlto Copley (Kruger) en su papel de majadero pone la nota imprevisible comiéndose toda escena en las que aparece con cada una de sus locuras.
Jodie Foster (Delacourt) es una Merkel en potencia que podría militar orgullosamente en estos partidos carroñeros que tanto se estilan por estos lares, una política manipuladora y mentirosa en busca del máximo poder sin pensar en las consecuencias.



El desencadenante de la historia tras ver la presentación de los "dos mundos" es que el poder llama al poder y como no, éste a los problemas. No es que sea una trama demasiada original pero va acorde con el "realismo" que busca en la sociedad presentada dentro de la ciencia ficción, y no hay nada que de más poder que la información, que es lo que hará que veamos un duelo a tres bandas.

Como ya mostró Blomkamp en la sorprendente 'District 9', sus escenas de acción son crudas y limpias, pero esto último se lo deja por el camino desgraciadamente en los enfrentamientos cuerpo a cuerpo creando unos embrollos decepcionantes, paso atrás en este aspecto. Cuando opta por la cámara lenta, la ejecución es gozosa, creando unas secuencias brutales (la escena del secuestro es un ejemplo de cómo rodar acción).



Lo que hace de 'Elysium' lo mejor del verano es su fuerza narrativa, dos horas agarrado a la butaca sufriendo las desgracias de Max, cada golpe, persecución o conversación. Una sorpresa que últimamente una película consiga tal tensión y más aún que lo mantenga durante todo el metraje.

El tramo final deja de lado el tono crítico y da entrada a un mayor espectáculo palomitero.
Vemos también como se confirma que Max no es ningún héroe, todo lo que hace es para su propia salvación, aunque el hecho de que cobre mayor protagonismo la sub-trama floja y genérica de Frey (Alice Braga), —una amiga de la infancia de Max y su hija que personalmente no me interesan mucho—, condiciona completamente a nuestro protagonista. Es aquí donde lo que parece un mensaje claro en la cinta se queda a medias: cada uno tiene que sacarse las castañas del fuego, no va venir nadie con mallas y careta a salvar a una población tan sumisa como siempre aunque aquí lo veamos de rebote. Éstas decisiones hacen que el cierre no sea totalmente satisfactorio.



Un guión de ciencia ficción robusto que solo flaquea en la parte final donde aparece todo el espectáculo de los blockbuster, es una oferta irresistible. Los pilares fundamentales de 'Elysium' son una narrativa arrolladora y una estética de una personalidad inconfundible, ésto confirma que Neill Blomkamp pasa de ser una promesa a uno de los directores del momento. "Crema".